¿Qué implica quedarse en la zona de confort?
En mi camino como Psicoterapeuta, me he dado cuenta que muchas personas se rehúsan a sanar, transformar su conciencia, crecer y evolucionar. Hoy llego a la conclusión de que “La sanación es muy poco atractiva”.
Los impedimentos para crecer, incluyen renunciar a vivir en el pasado, dejar de ser víctima, y el miedo al cambio. Dirigir el pensamiento y la energía hacia el pasado desvía la fuerza vital de las células y los órganos que necesitan esa energía para funcionar y sanar.
La sanación y el crecimiento espiritual, requiere vivir en el presente, resignificando la energía de los traumas y heridas del pasado. He visto que la única razón para alimentar y mantener vivo el pasado es por falta de aceptación de lo que está pasando, aceptación de algo que se tenía que vivir para explorar y aprender una lección. Si a toda persona que creemos nos hace un daño lo viéramos como un maestro para nuestro aprendizaje y evolución, podríamos fluir mejor por la vida.
Negarse a perdonar un evento o a una persona del pasado produce fugas energéticas del cuerpo causando mal estar y enfermedad. El perdón sana estas filtraciones. El perdón es simplemente liberarnos, dejando de ser esclavos de una serie de creencias para poder seguir adelante sin peso, con un aprendizaje. No perdonar tiene más que ver con “negarnos a liberar nuestra percepción de víctima”.
Cuando podemos ver un acto doloroso como parte del proceso de la vida, como un mensaje o un desafío en lugar de una traición personal, la energía vital fluye de vuelta a los circuitos de energía del cuerpo físico y entonces sí podemos sanar y podemos caminar por la vida con amor, amor a nosotros mismos, libres de equipajes pesados en nuestro corazón y en crecimiento constante de nuestra conciencia y nuestro ser.
Las personas sanan porque no se han liberado de la ilusión de ser víctima. Con demasiada frecuencia, la gente obtiene poder con sus heridas porque han encontrado que así obtiene el apoyo de otros. Las heridas se convierten en un medio de manipular y controlar a los demás.
Generalmente, la sanación requiere hacer cambios en el estilo de vida, medio ambiente, y relaciones. El cambio puede ser aterrador.
Es más fácil mantenerse en un compás de espera, alegando que uno no sabe qué hacer, pero rara vez es cierto. Cuando estamos en un compás de espera, es porque sabemos exactamente lo que debemos hacer, pero estamos aterrorizados para actuar en consecuencia y asumir la responsabilidad de las nuevas elecciones.
Permanecer en nuestra zona de confort es señal de conformismo, ignorancia, miedo, falta de confianza, falta de nuevas aspiraciones y falta de ambiciones. Una vez que llegamos a nuestra zona de comodidad, podemos tomar un leve descanso, pero hay que considerar que estamos en un escalón, y que existen otros escalones que subir.
El cambio es alarmante, la espera da sensación de seguridad, nuestra mente se niega a ver que la única manera de adquirir un verdadero sentimiento de seguridad, es entrar en el torbellino de los cambios y salir por otro lado, renovado, con nuevas experiencias y lecciones, sintiéndose vivo otra vez.
La sanación y el crecimiento requiere acción. Comer adecuadamente, hacer ejercicio diario, generar cambios saludables en el físico, cambiar de manera de pensar y sentir, todo un reto para vivir de manera saludable en todas las áreas de nuestra vida, generando una mejor energía para obtener mejores logros y calidad de vida.
Soltar el pasado, dejar puestos de trabajo estresantes o relaciones inadecuadas, son acciones que sostienen la energía de la vida, ofreciéndonos mostrar nuestra fuerza, nuestra voluntad y nuestra capacidad de amarnos a nosotros mismos.
Lo que apoya al uno apoya al otro, porque la energía física y energética están inextricablemente unidas.
Incluso en el proceso de morir, al que todos nos enfrentaremos, puede convertirse en un acto de sanación de viejas heridas que son liberadas resolviendo asuntos pendientes con los seres queridos.
“No podemos ayudar a otro a subir una montaña sin acercarnos a la cima nosotros mismos”.
Para concluir hace falta únicamente una aclaración: para crecer hay que tener aspiraciones y ambiciones sin importar su tipo, se puede aspirar a tener dinero, a viajar, aspiraciones artísticas, de pertenencia a grupos sociales, aspiraciones religiosas, amorosas, etc. Lo importante es recordar que nada en este universo es estático, y si uno no mejora como persona, no sana, no evoluciona, entonces va en sentido contrario. No renuncies a crecer, a ser una mejor persona y a mejorar la calidad de tu vida.